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Transcribo aquí,
de mis cuadernos de
lengua,
algunas palabras leídas en un libro, surgidas
en una conversación o
cazadas en un "safari
semántico" por el diccionario,
y que por su sonido o su sentido (o la combinación
de los dos)
me han gustado, me han sorprendido o me han divertido.
adarce
costra salina que las aguas del mar forman en los
objetos que mojan, según el DRAE. En el corpus
del español actual de la Academia (CREA), hay
una sola referencia de uso, de Luis María Anson.
algaracear
en Guadalajara, caer
nieve menuda, dice el diccionario académico.
El término se utiliza en otras partes. En tierras
sorianas, por ejemplo, donde, de acuerdo con El
fichero léxico del habla de Soria
de José Luis Herrero, 'algarazo' significa
"luvia de duración corta y de intensidad
regular".
alhumajo
nombre que se da a las hojas de los pinos. Según la Real Academia, viene de 'aljuma', que es como se llama en Albacete y Andalucía a la 'pinocha' o 'pinaza'. Gabriel Miró emplea este término en Las cerezas del cementerio: "...levantó la cabeza de la raíz del pino en que descansaba y, sentándose en el fragante alhumajo, les dijo..."
aliquindoi
en la expresión 'estar aliquindoi', significa
estar atento, ojo avizor, según Juan Cepas
en su Vocabulario
popular malagueño.
Antonio del Pozo (El
habla de Málaga)
explica que viene del inglés a
look and do it, expresión
que viene a significar "mirar algo antes de hacerlo",
y pone este ejemplo: "Estás aliquindoi
de nuestra conversación". Dizque su uso
en Málaga se debe a la influencia de los marineros
británicos que arribaban a su muy activo puerto.
Pero resulta que el término se usa también
en Cádiz, como explica Pedro M. Payán
en su libro sobre El
habla de Cádiz:
'estar al liquindoi' o 'al liqui'. Antonio Burgos
le dedica un bonito artículo a 'aliquindoi',
donde explica que sería lo que los marineros
ingleses les dirían "a los estibadores
gaditanos o malagueños que estaban descargando
el arroz", y alude a esas "grandes canteras
de formación del lenguaje que son las ciudades
portuarias y pesqueras andaluzas".
(http://www.antonioburgos.com/mundo/1998/01/re011498.html)
alojería
En el precioso Corral de Comedias de Almagro, en La Mancha, un letrero en azulejo indica el lugar que ocupaba la 'alojería', es decir, el sitio en el que, durante las representaciones teatrales, se despachaban tentempiés, y entre ellos la 'aloja', una bebida compuesta de agua, miel y especias. (Parece que en América del Sur recibe este nombre una bebida fermentada que se hace con algarroba o maíz, y agua).
anacalo
"Éste
es el oficio trascendental, supremo del anacalo: llevar
el pan que va a ser cocido de las casas al horno",
escribe Azorín en el texto que lleva por título
esta palabra, recogido en su libro España.
Término emparentado, al parecer, con 'añacal',
que, procedente del árabe, significa "encargado
de llevar el trigo al molino" y "tabla en
que se lleva el pan al horno, después de amasado,
y del horno a las casas, después de cocido",
en definición de la Real Academia. ¿Quedarán
anacalos en algún rincón del mundo hispánico?
bagazo
es el nombre que se
da a los "restos que quedan después de
exprimir la aceituna, la uva, las naranjas y cosas
semejantes", como también la caña
de azúcar. Lo define así María
Moliner, tras anotar que también designa la
"cascarilla que queda después de sacar
de la baga (o cápsula que contiene la linaza)
la simiente del lino".
bajancia
término propio
del español de Cádiz que Rafael Marín,
en su vocabulario gaditano (http://crisei.blogalia.com/historias/9976)
define como "enemigo, señor o señora
con quien no te hablas y le vuelves la cara por la
calle". Por su parte, Pedro Manuel Payán,
en su libro sobre El
habla de Cádiz,
dice que bajancia es "el que resulta humillado
o perdedor con relación a otro" y también
aquel "con quien se está enfadado",
y precisa: "no se usa mucho en la actualidad.
Es casi un arcaísmo sólo utilizado por
personas mayores".
bambolla
se lo he oído
decir a una cartagenera (de la Cartagena española)
para referirse a una ampolla. El diccionario académico
recoge esta acepción ("burbuja, ampolla,
vejiga"), entre otras: "cosa fofa, abultada
y de poco valor" y "boato, fasto u ostentación
excesiva y de más apariencia que realidad".
binza
el diccionario de
la Academia lo define como 'fárfara' ("telilla
o cubierta blanda que tienen los huevos de las aves
por la parte interior"). Otras acepciones: "película
que tiene la cebolla por la parte exterior",
y "telilla o panículo del cuerpo de un
animal".
birlí
parte inferior que
queda en blanco en las páginas de un impreso,
y ganancia que por ello obtiene el impresor. También
es la ganancia que el impresor consigue cuando aprovecha
una composición ya hecha para una nueva tirada.
biznaga
procedente de un término del árabe hispánico con origen, a su vez, en el latín pastinaca, esta hermosa palabra da nombre a una planta umbelífera y también, en Málaga, a un "ramillete de jazmines en forma de bola" (DRAE) de laboriosa elaboración. En verano aún se venden por las calles de Málaga. Además de su belleza y su perfume, se dice que las biznagas sirven para ahuyentar a los mosquitos en las noches de agosto. (Hay otra 'biznaga' distinta en México: allí, el término, de raíz nahua en este caso, designa a varios cactos espinosos. La 'biznaga confitada' es el tallo de esas plantas, descortezado y preparado para comer).
bornizo
nombre que se da al
primer corcho que se obtiene de la pela del alcornoque,
según el Atlas
Lingüístico y Etnográfico de Andalucía
de Manuel Alvar y Llorente-Salvador. Recoge esta acepción
la Academia en su diccionario (junto con la de "vástago"
de un árbol u otra planta, en Aragón),
pero no incluye otro significado usual del término
en varias comarcas andaluzas, según informa
A. R. Almodóvar en su Vocabulario
andaluz: 'bornizo'
sería también todo aquel corcho que
no sirve para tapón.
camanance
procedente del nahua
camac,
"boca", y nance,
"fruto", se emplea en Centroamérica
para referirse a los hoyuelos que tienen algunas personas
a cada lado de la boca cuando sonríen. Así
lo define el DRAE.
cándalo
la Moliner lo define
como "rama deshojada o vara", y dice que
se usa en Salamanca. También significa, en
Valladolid, "rama de las intermedias del pino,
preferida como combustible". El DRAE explica
que es voz de origen prerromano, y da otras acepciones:
"rama seca" y "tronco seco, especialmente
el de pino".
cartapel
como significa "papel
que contiene cosas inútiles o impertinentes",
según lo define el diccionario académico...,
es término de gran utilidad.
casmodia
Casares lo define
en su diccionario ideológico como la acción
de bostezar con excesiva frecuencia, y la Academia
precisa que es una enfermedad que consiste en esos
bostezos frecuentes debidos a "afección
espasmódica".
castila
en Filipinas, adjetivo
sinónimo de "español" y sustantivo
que designa al idioma español. Retana, en su
Diccionario
de filipinismos, hablaba
de 'castila' como del "más noble, el más
clásico, el más histórico"
de todos ellos (según cuenta Manuel Alvar en
uno de los artículos de su libro póstumo,
Español
en dos mundos). Es
voz que entró en el diccionario académico
en 1936, pero ha desaparecido en la 21.ª edición,
del año 2001, para ser sustituido por la forma
'kastila'. Pero ¿por qué no haber conservado
'castila' (hay numerosos usos documentados en Internet),
aunque fuera sólo con remisión a 'kastila'?
cazcalear
"¿No se
cansarán de vernos en este cazcaleo?",
se pregunta Andrés Trapiello en el prólogo
de El fanal
hialino. 'Cazcalear'
es, según el
DRAE, voz coloquial que significa "andar de una
parte a otra fingiendo hacer algo útil".
chachaguato
en Hoduras, "gemelo" y "escopeta de dos cañones". La Real Academia dice que quizá procede del nahua chachauatl, de chacha, "molleja de ave", y coatl, "gemelo". Pero según Jeffery W. Bentley (autor de un Diccionario campesino hondureño), el término viene de 'muchacho' y coatl.
chamarasca
leña menuda,
hojas y palillos delgados que arden con mucha llama
pero "sin consistencia ni duración",
según el DRAE. También recibe este nombre
esa misma llama.
chicuije
del nahua xococ,
"agrio", e ihiotl,
"soplo": en Nicaragua, de acuerdo con el
DRAE, se emplea como equivalente de 'tufo' (emanación
gaseosa) y de 'hedor'.
cogujón
cada una de las puntas
de colchones, almohadas, serones, etc.
cosario
"recadero o mensajero que conducía personas o mercancías de un lugar a otro", define el Diccionario de uso del español de América y España de Vox. No hace mucho supe que uno de mis bisabuelos, antes de trabajar para la Tabacalera en distintas ciudades de Andalucía, fue cosario en su pueblo, Alameda, en Málaga. Mi amigo Mauricio Santos, que fue quien me habló hace unos meses de los “recoveros” en la Posada de San Miguel, también en Málaga, me contó también que “junto a los recoveros, en el parador, estaban los cosarios; los propios recoveros eran frecuentemente también cosarios, de suerte que podrían parecer términos sinónimos”. Y aquí viene su precisa definición de la palabra, con historia personal incluida: “El cosario o la cosaria eran personas que viajaban por cuenta propia, pero hacían recados y compras por cuenta ajena: traían medicinas, telas, llevaban o recogían documentos, artículos de ferretería, especias... En Periana, donde mi padre estaba de maestro, María la cosaria era un conocida recovera, que llevaba a Málaga los huevos que recogía su marido durante la semana por los cortijos, sin duda el recovero auténtico”. Mi madre me ha aportado un detalle precioso, que su tatarabuela le contó a su abuela, y ésta a ella: los cosarios iban escribiendo los encargos en trozos de papel, encima de los cuales ponían las monedas (grandes y pesadas, antiguas) que les daban los encargantes. Luego, cuando llegaba el momento de partir a hacer los recados, abanicaban la mesa donde estaban los papeles de los encargos con un soplillo de encender la candela, de los de esparto. Los que se caían, porque no les habían dado el dinero, no los hacían... Seco, Andrés y Ramos, en su Diccionario del español actual dicen que ‘cosario' es término "hoy raro", y como ejemplo de uso moderno, citan un texto de —curiosamente— otro malagueño, Manuel Alcántara: "No se sabe qué opinarían de estos desinteresados deportistas quienes están obligados a hacer ejercicios físicos para ganarse la vida, como los repartidores de pizzas o los puntuales cosarios de Seur". Pero Antonio Burgos, en su hermoso texto La talega del cosario, donde da noticias preciosas sobre estos recaderos, cree que los actuales mensajeros no se les pueden comparar...: http://www.antonioburgos.com/memorias/1998/05/memo051698.html
desmazalado
derivado del hebreo maizal , “estrella, suerte”, y este del acadio maz[z]altu , “posición de un astro”, ‘desmazalado' significa “flojo, caído, dejado” y también “desdichado, abatido” (DRAE). Andrés Trapiello utiliza esta palabra en su novela Al morir don Quijote: “Y a veces salía de aquellas siestas”, escribe, refiriéndose al Caballero de la Triste Figura, “con el ánimo desmazalado y sombrío...”. En el propio Quijote aparece el término. Primero, en el capítulo XLIII de la segunda parte, cuando don Quijote aconseja a su escudero, entre otras cosas: “No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado” (y Francisco Rico, editor del texto por el que cito, anota: “negligente, descuidado en el cumplimiento de sus deberes”). Poco después (II, XLV), el narrador de la historia pide los favores del sol para alumbrar la oscuridad de su ingenio, y así poder contar el gobierno de Sancho en la ínsula Barataria, porque, dice, “sin ti” (es decir, sin el sol) “yo me siento tibio, desmazalado y confuso”. (Aquí, Rico define como “débil, falto de estímulos”).
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