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"La lectura
no es importante porque divierta,
ni porque nos transmita información, sino por
algo más trascendental: porque la inteligencia
humana es una inteligencia lingüística.
Sólo gracias al lenguaje podemos desarrollarla,
comprender el mundo, inventar grandes cosas, convivir,
aclarar nuestros sentimientos, resolver nuestros problemas,
hacer planes. [...] Para que nuestra inteligencia
sea viva, flexible, perspicaz, divertida, racional,
convincente, necesitamos, en primer lugar, saber muchas
palabras".
José Antonio Marina, La
inteligencia y la palabra
(mensaje para el día del libro de 1997 en Castilla-La
Mancha)
"Yo nunca os aconsejaré que escribáis
nada, porque lo importante
es hablar y decir a nuestro vecino lo que sentimos
y pensamos. Escribir, en cambio, es ya la infracción
de una norma natural y un pecado contra la naturaleza
de nuestro espíritu. Pero si dais en escritores,
sed meros taquígrafos de un pensamiento hablado.
Y nunca guardéis lo escrito. Porque lo inédito
es como un pecado que no se confiesa y se nos pudre
en el alma, y toda ella la contamina y corrompe. Os
libre Dios del maleficio de lo inédito".
Antonio Machado, Juan
de Mairena: sentencias, donaires, apuntes y recuerdos
de un profesor apócrifo,
Alianza, Madrid, 1995, p. 267.
"If you would not be forgotten as soon as you are dead and rotten, either write things worth reading, or do things worth writing".
Benjamin Franklin
...porque el estilo que tengo me es natural,
y sin afetación ninguna escrivo como hablo;
solamente tengo cuidado de usar de vocablos que sinifiquen
bien lo quiero dezir, y dígolo quanto más
llanamente me es possible, porque a mi parecer en
ninguna lengua stá bien el afetación".
Juan de Valdés, Diálogo
de la lengua, edición
de Juan M. Lope Blanch, Castalia, Madrid, 1984, p.
154.
"Écrire n'est pas seulement une activité
technique, c'est aussi
une pratique corporelle de jouissance".
Roland Barthes.
"Estamos tejidos de la sustancia de los libros mucho más de lo que a simple vista parece. Aun los rasgos más espontáneos de nuestra conducta y nuestras más humildes palabras tienen detrás, sepámoslo o no, una larga tradición literaria que viene empujándonos y gobernándonos".
Alfonso Reyes, citado por Carlos Monsiváis en "Elogio (innecesario) de los libros", en Letra internacional, número 86, primavera de 2005.
"La cultura
es conversación.
Pero escribir, leer, editar, imprimir, distribuir,
catalogar, reseñar, pueden ser leña
al fuego de esa conversación, formas de animarla.
Hasta se pudiera decir que publicar un libro es ponerlo
en medio de una conversación, que organizar
una editorial, una librería, una biblioteca,
es organizar una conversación. Una conversación
que nace, como debe ser, de la tertulia local; pero
que se abre, como debe ser, a todos los lugares y
a todos los tiempos".
Gabriel Zaid, Los
demasiados libros,
Anagrama, Barcelona.
"¿Qué
mano invisible puso este libro
a nuestro alcance? ¿Qué misteriosa influencia
nos impulsó a leerlo? Si hubiéramos
seguido ignorando su existencia, si todas sus semillas
que fructificaron en nosotros -de modo tal que las
creímos preexistentes en el espíritu
y sólo reveladas por la lectura- se hubieran
malogrado: ¿cómo seríamos ahora?
¿Qué parte indeterminable de nuestra
alma hubiera permanecido estéril? ¿Qué
no hubiera sido y qué continuaría siendo
en lo recóndito de nuestro ser moral?".
Rafael Alberto Arrieta, "Encrucijada", en
El encantamiento
de las sombras, Junta
de Castilla y León, Valladolid, 2002, p. 79.
"Yo no
sé si las cosas muy profundas
pueden decirse de una manera clara y amena; tal vez
tengan alguna razón los que creen que no. Lo
indudable es que no son profundas todas las cosas
escritas en un estilo bárbaro, y que el hecho
de no saber escribir no basta para convertir a un
hombre en filósofo. No lo digo por los filósofos
alemanes, que, sin duda, tenían grandes razones
para escribir de un modo confuso, y, entre ellas,
la de no saber escribir de un modo claro, sino por
los que de esos filósofos se limitan a imitar
el modo confuso".
Julio Camba, "Bergson en Alemania", en ABC,
17 de febrero de 1914 (recogido en Páginas
escogidas, Espasa,
colección Austral Summa, Madrid, 2003, p. 622-623).
"La lectura [...] forma en la construcción
de una articulación intelectual. Hacia el interior:
en la forma en que se organizan nuestros mundos conceptuales
y sensibles, en el modo en que integramos en conjuntos
coherentes las miríadas de retazos del universo
que nos rodea. Hacia el exterior: en la forma en que
aprendemos a jerarquizar, sopesar y modular lo que
hemos atesorado dentro, para transmitírselo
a otros. La práctica de la lectura entrena
en la comunicación con el otro, tanto como
forma interiormente".
José Antonio Millán, La
lectura y la sociedad del conocimiento,
Federación de Gremios de Editores de España,
Madrid, 2001.
"Ser
por los libros, para los libros,
a través de ellos. Perdonar a la existencia
su básico trastorno, puesto que en ella hay
libros. No concebir la rebeldía política
ni la perversión erótica sin su correspondiente
bibliografía. Temblar entre líneas,
dar rienda suelta a los fantasmas capítulo
tras capítulo. Emprender largos viajes para
encontrar lugares que ya hemos visitado subidos en
el bajel de las novelas: desdeñar los rincones
sin literatura, desconfiar de las plazas o las formas
de vida que aún no han merecido un poema. Salir
de la angustia leyendo; volver a ella por la misma
puerta. No acatar emociones analfabetas.
En cosas así consiste la perdición de
la lectura. Quien la probó, lo sabe".
Fernando Savater, "Leer y leer", en Loor
al leer, Aguilar (colección
Crisol), Madrid, 1998, p. 109-110.
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