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"El respeto por el lenguaje rudimentario,
de adjetivos únicos, tics, clichés,
no es un favor que se le hace al hablante que lo posee
como única variante de expresión. El
lenguaje pobre, y su defensa, su culto, consagra y
remacha las injusticias sociales y económicas.
[...] La libertad individual depende mucho de la competencia
(y la incompetencia) lingüística. Vivir
en un mundo que uno no es capaz de nombrar es estar
condenado a la esclavitud ante las cosas, las noticias,
y, sobre todo, ante hablantes con un idioma desarrollado.
[...] La indiferencia, el rechazo y hasta la hostilidad
por el lenguaje complejo, matizado, flexible, se presentan
a veces como forma de luchar contra el poder. De prosperar
esta escuela es seguro que se estaría
condenando a los más débiles a nunca
compartir el poder.
Carlos Liscano, "Igualdad de oportunidades lingüísticas",
en Lengua
curiosa, Ediciones
del Caballo Perdido, Montevideo, 2003, p. 55-57.
"El lenguaje
es la capa de ozono del alma,
y su adelgazamiento nos pone en peligro".
Sven Birkerts, Elegía
a Gutenberg: el futuro de la lectura en la era electrónica,
Alianza Editorial, Madrid, 1999, p. 174. Traducción
al español de Daniel Manzanares.
"...la
fraternidad misteriosa
que crea el hecho de llamar desde niños a las
mismas cosas con los mismos nombres".
Pedro Salinas, Defensa
del lenguaje, Alianza,
Madrid, 1992 (edición no venal en el primer
centenario del nacimiento de Pedro Salinas).
"El lenguaje
ha de sernos tan familiar como
nuestra propia vivienda o nuestra propia casa, cuyas
habitaciones no necesitamos utilizar constantemente.
El sótano de la jerga, el lavadero del desbordamiento
emocional y el recinto destinado a la instalación
de la calefacción, que alberga la pasión,
no los frecuentamos tanto como el comedor del lenguaje
coloquial, la habitación de la conversación
íntima y la salita de estar en la que hacemos
vida social. Lo mismo cabe decir de la buhardilla
del lenguaje técnico y de la grandilocuencia,
así como de la habitación de invitados,
en la que hablamos un lenguaje elevado repleto de
extranjerismos. Pero todas las habitaciones y todas
las plantas de la casa del lenguaje deben resultarnos
accesibles; hemos de poder movernos en ellas con familiaridad
y facilidad, incluso con la seguridad de un sonámbulo".
Dietrich Schwanitz, La
cultura:. todo lo que hay que saber,
Taurus, Madrid, 2003, p. 525. Traducción al
español de Vicente Gómez Ibáñez.
"Ningún
objeto está en relación constante con
el placer (Lacan a
propósito de Sade). Sin embargo para el escritor
ese objeto existe: no es el lenguaje, es la lengua,
la lengua materna".
Roland Barthes, El
placer del texto,
Siglo XXI, México, 1987 (4.ª edición),
p. 61. Traducción al español de Nicolás
Rosa.
"Los
idiomas son como cauces
de la actividad espitritual que en ellos se pone a
fluir, pero cauces vivos y dotados de un oscuro poder
de orientación que les hace conducir la líquida
energía hacia campos sedientes e ignorados".
José Ortega y Gasset, "Problemas culturales:
sobre la lengua francesa", en Obras
completas, tomo I,
Revista de Occidente, Madrid, 1966 (séptima
edición), p. 547.
"La lengua es nuestra morada vital
[...] La lengua nos hace y en ella nos hacemos. Hablamos
y en nuestros labios está el temblor de aquellos
millones de hombres que vivieron antes que nosotros
y cuyo gesto sigue resonando en nuestra entonación
o en los sonidos que articulamos".
Manuel Alvar, "Vivir en la lengua", en Por
los caminos de nuestra lengua,
Universidad de Alcalá de Henares, 1995, p.
15.
"La palabra
no es una etimología
sino un puro milagro".
Ramón Gómez de la Serna, citado por
Francisco Umbral en Diccionario
cheli, Grijalbo, Barcelona,
1983, p. 17.
"La lección
de los humildes retruécanos,
por otra parte, no deja de tener trascendencia. En
ellos aprendemos que entre palabras nunca podemos
dejar de ser libres o, para dar gusto a Sartre, que
cuando hablamos estamos condenados a la libertad.
En efecto, el lenguaje es el verdadero y originario
contrato social
entre los hombres. Pero a diferencia de todos los
contratos posteriores que nos ligan y encauzan, es
un contrato hecho para liberarnos de nuestra propia
gravedad, de nuestro peso, de la materia que nos identifica
entre sus rutinarios límites. Pese a ser un
conjunto de leyes que orquestan severamente un recital
arbitrario de bramidos, el basso
ostinato que resuena
como fondo de la lengua es siempre el mismo: '¡Escápate!,
¡más allá, más allá!'.
El lenguaje nos da derecho a ponerlo todo del revés".
Fernando Savater, "Deberes y gozos de la palabra",
en Loor al
leer, Aguilar (colección
Crisol), Madrid, 1998, p. 229-230.
"When I first read the dictionary,
I thought it was a big poem about everything".
Steven Wright, humorista estadounidense.
"Un ordine
di parole può
essere più micidiale di una formula chimica".
Gabriele D'Annunzio
"Una
ciudad respira cuando
hay en ella espacios de la palabra".
Michel de Certeau, citado por Javier Fernández
Reina en La
ciudad insular, Cádiz,
2001.
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