el español

lenguas y lenguaje

decir, hablar, contar

libros, lectura, escritura

 

 

 

 





"El idioma -el castellano, el español-
llega a ser para nosotros como un licor que paladeamos, y del cual no podemos ya prescindir. Prescindir en el ensayo, en la busca de todos sus escondrijos, de todas sus posibilidades, de todas sus puridades. Ya somos, con tanto beber de este licor, beodos del idioma".

Azorín



"El español es demasiado importante para dejarlo en manos de los españoles".

Guillermo Cabrera Infante



"Es preciso que los hispanohablantes de unos y otros países
nos oigamos mutuamente hasta que el uso normal de cada país sea familiar para los otros. Acomodando a nuestra situación lingüística el dicho terenciano, debemos adoptar todos este lema: 'Hablo español, y no considero ajena a mí ninguna modalidad de habla hispánica'".

Rafael Lapesa, “América y la unidad de la lengua española”, en
Revista de Occidente, mayo de 1996, y en El español moderno y contemporáneo, Crítica, Madrid, 1996.



"A todos nos conviene la unidad de la lengua española, con las matizaciones locales que hagan falta. Todo el mundo de habla española es un laboratorio creador, y lo práctico es aceptar las innovaciones más convincentes, vengan de donde vengan ol transoceánico como se acerca uno a un ser caliente y animado, no a un producto gramatical”.

Gabriel Zaid, “Prestigio de los mexicanismos”, en El español en el mundo:anuario del Instituto Cervantes 2004, Círculo de Lectores y Plaza & Janés, Barcelona, 2004, p. 106.



"Esta conciencia de herederos de un legado
intrínsecamente valioso, pero cuyo valor aumenta, paradójicamente, conforme se multiplican los beneficiarios, puede ser, agotados los argumentos que apelan a la historia común, la razón últiima y decisiva para defender esa unidad del idioma que todos deseamos mantener".

Emilio Lorenzo, “«Utrum lingua an loquentes»? : sobre las presuntas dolencias y carencias de nuestro idioma" (discurso de ingreso en la Real Academia Española, 22 de noviembre de 1981), en
El español en la encrucijada, Espasa Calpe (colección Austral), Madrid, 1999.



"Por lo demás, ¿qué quiere decir pureza castellana?
El castellano es un latín evolucionado que adoptó elementos ibéricos, visigóticos, árabes, griegos, franceses, italianos, ingleses y hasta indígenas de América. ¿Cómo se puede hablar de pureza castellana, o en qué momento podemos fijar el castellano y pretender que toda nueva aportación constituye una impureza nociva? La llamada pureza es en última instancia una especie de proteccionismo aduanero, de chauvinismo lingüístico, limitado, mezquino y empobrecedor, como todo chauvinismo".

Ángel Rosenblat,
Nuestra lengua en ambos mundos, Salvat y Alianza, Barcelona, 1971.



"Porque a mí, haciendo estos paralelos del habla española, me parece que estoy manejando carne en vez de palabras, o palabras hechas carne. Y que hay que acercarse al idioma español transoceánico como se acerca uno a un ser caliente y animado, no a un producto gramatical”.

José Moreno Villa, “El español en boca mexicana”, en Cornucopia de México y Nueva cornucopia mexicana, Fondo de Cultura Económica, Colección Popular, México, 1985, p. 72.



"Si las lenguas tuvieran escudos como los tienen las naciones o los equipos de fútbol, en el de la española no figuraría ni un águila imperial ni un león rampante, ni nada aparentemente noble: figuraría una simple oveja. Trasquilada". [refiriéndose a que el tráfico de personas y mercancías entre los reinos de España en torno al comercio lanero contribuyó desde muy pronto a la necesidad de una lengua común].

Juan Ramón Lodares,
Gente de Cervantes, Taurus, Madrid, 2001, p. 71.



"...el español existe en todo su ámbito creadoramente. No hay en sus dominios zonas 'pasivas' o inerciales, con una lengua meramente recibida o residual. No hay tampoco lugares privilegiados en que 'se haga la lengua', frente a otros en que simplemente 'se use'".

Julián Marías, "La lengua española como instalación histórica", en
La España real, Espasa, Madrid, 1998, p. 615.



"Vivir para contarla, las memorias del maestro [Gabriel García Márquez] que acaban de aparecer [...] se convierten otra vez, al conjuro de la varita mágica de su autor, en un verdadero festival del lenguaje, la gran cumbiamba del idioma, el parrandón de las frases, el paraíso terrenal de los dicharacheros. Leyéndolo, uno descubre en cada párrafo las maravillas de ese castellano que anda suelto de lengua. La melodía de los arcaísmos, la sinfonía de los vocablos olvidados y la manera de hablar de las viejas costeñas, hacen que uno sienta, al pasar la página, que están resonando en la rueda del cumbión la flauta de millo, el pito atravesado, los cardones y la tambora. Leyéndolo, dan ganas de sacar pareja y pararse a bailar".

Juan Gossaín, "La gran parranda del idioma: breviario para disfrutar a García Márquez", en http://eltiempo.terra.com.co/PROYECTOS/gabo/EXPER/expertos/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-176783.html




"El español es la mejor creación literaria
de los españoles".

Somerset Maugham, citado por Guillermo Cabrera Infante en "El español no es una lengua muerta", recogido en
Mea Cuba, Plaza y Janés, Barcelona, 1992, p. 447.



"No sólo no somos [los españoles] los dueños de la lengua: incluso, estadísticamente, somos una minoría. Lo he sabido al viajar a los países hispanos de América, al escuchar las musicalidades italianas del español del Río de la Plata, la claridad clásica del español de Colombia, pero lo percibo sobre todo al escuchar el español que se habla en Nueva York, donde existe una confederación de todas las entonaciones y acentos posibles, y donde se da uno cuenta, por contraste con la presencia del inglés y de la civilización sajona, de todas las cosas comunes que nos han legado el idioma y el tiempo, de la amplitud de los espacios imaginarios que nos abre nuestra lengua".

Antonio Muñoz Molina, "Una provincia del idioma", en
La vida por delante, Alfaguara, Madrid, 2002, p. 43-44.



"El plan sobre el castellano que tiene el Gobierno
no puede fallar... simplemente porque no existe".

Manuel Hidalgo, en su columna del 14 de julio de 2001 en el diario
El Mundo.



"¿Cuál será, entonces, el destino del español en estas circunstancias? ¿Se consolidará como lenguaje verdadero, para expresar el interior del ánima y el poder del pensamiento, o se conformará con ser puro lenguaje comunicativo cada vez más mediado por aquella lengua prácticamente universal [el 'inglés americano'], como ninguna koiné lo fue jamás? [...] Con una lengua que tenga detrás un grosor cultural de primer orden, como lo tuvo en un tiempo, y el mundo civilizado entero valoró en lo que importaba, no habrá ciertamente ningún peligro serio para la lengua de España, y en ella será buscado aquello que es imprescindible para ser hombres, y en español está dicho".

José Jiménez Lozano, "Sobre el español y sus asuntos", en
El Norte de Castilla, 19 de noviembre de 2000.



"Así como amar a alguien no consiste en firmarle papeles ni en comprarle regalos, sino en quererle, así el amor a la lengua no se prueba promulgando leyes que la protejan o subvencionando obras sólo nominalmente escritas en ella. Así se embalsama un cadáver o se saca brillo a un arma de fuego. Amar la lengua es usarla. Que nosotros ya no usamos la nuestra es algo que habitualmente se nos olvida, y que sólo tenemos ocasión de recordar cuando encontramos la regla misma encarnada en un maestro, y esto es lo que nos ocurre al leer a Rafael Sánchez Ferlosio, cosa que pocos hablantes pueden hacer sin sentir vergüenza de hablar y escribir como solemos hacerlo".

José Luis Pardo, "Razones para leer a Ferlosio", reseña de
La hija de la guerra y la madre de la patria publicada en Babelia, suplemento cultural de El País, el 4 de mayo de 2002.

 
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